martes, 26 de abril de 2005

NUNCA RETEN A UNA MUJER

NUNCA RETEN A UNA MUJER

La CIA tenía una vacante para un agente especializado en ejecuciones….
Después de evaluar a algunos aspirantes quedan finalmente 2 hombres y
una mujer.............

Llega el día de la prueba final y para definir quien conseguiría el
trabajo los agentes que administraban la prueba llevaron a uno de los
hombres a una puerta grande de metal y le dieron un arma. Debemos
confirmar que usted seguirá nuestras instrucciones no importa bajo que
circunstancias,- le explicaron: - "Dentro de este sitio, usted
encontrará a su esposa sentada en una silla. Tome esta arma y mátela."
El hombre con una mirada de asombro le dijo: - Ud. no puede estar
hablando en serio. Yo nunca podría matar a mi propia esposa. Bien -
dijo un agente, - Entonces usted definitivamente no es la persona
adecuada para este trabajo. Así que trajeron al segundo hombre a la
misma puerta, le entregan el arma y le explican los mismos parámetros
de la prueba. El segundo hombre miró algo sobresaltado, pero sin
embargo tomó el arma y entró al cuarto. Todo estuvo en silencio por
cerca de 5 minutos, entonces la puerta se abrió. El hombre salió del
cuarto con lágrimas en sus ojos y dijo: -Intenté matarla, pero
simplemente no pude jalar el gatillo. Supongo que no soy el hombre
adecuado para el trabajo. Los agentes contestaron: -No, usted no tiene
lo que se necesita para esto. Tome a su esposa y vaya a casa. Ahora
solo les quedaba la mujer. La conducen a la misma puerta y le dan la
misma arma -Como prueba final, debemos estar seguros que usted seguirá
las instrucciones sin importar las circunstancias, dentro encontrará a
su marido sentado en una silla. Tome esta arma y mátelo. La mujer tomó
el arma y abrió la puerta. Antes incluso de que la puerta se cerrara
completamente, los agentes oyeron a la mujer descargar el arma
completamente. Uno por uno, cada tiro disponible en el cargador.
Entonces el mismo infierno se apoderó de aquel cuarto. Se oyeron
gritos, desgarramientos, golpeteo en las paredes. Esto continuó por
varios minutos y finalmente todo quedó silencio. La puerta se abrió
lentamente, y allí estaba parada la mujer. Se limpió el sudor de la
frente y dijo:

"Ya ni la Chingan!!! Por qué no me dijeron que eran balas de salva ?
Tuve que matarlo a madrazos con la silla!!!.

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