jueves, 13 de octubre de 2005

La Trama

Frágiles aguaceros acechaban grutas desérticas.
Remolinos de fuego,
enmudecían ritmos apremiantes en la noche.

Ella dijo no,
en la mitad exacta de su nombre.

Por entramados de sonidos y palabras,
abandonaría realidades inhóspitas,
pulcritudes acribilladas por la penumbra.

Huiría difuminada en compases imposibles
guarecida en un diluvio casi universal.

Tramas de la vida le sonreirían expectantes,
acuosos fantasmas en la garganta de la muerte.

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