1 de mayo

Sé que han pasado un par de días desde el 1 de mayo, no es que la haya olvidado, siempre recuerdo esa fecha y por supuesto lo que se recuerda. Pero no había caído en cuenta de que también fue en 1994, cuando yo tenía 18 años…

La primera vez que lo vi correr fue en el Gran Premio de México de 1986, en aquel entonces yo tenía 10 años y fui invitado a ver la carrera en el “sun roof” del autódromo, la zona más exclusiva para los invitados, equivalentes a las suites actuales y que estaba justo sobre los pits de Fórmula Uno. Fue en la última sesión de calificación del sábado, el día previo a la carrera, que duraba una hora y definiría el orden de salida para la carrera, yo no tenía mucha idea de quién era quién en la Fórmula Uno, así que simplemente vi que ese auto negro con letras doradas se veía muy atractivo y fui con mis primos a colocarnos arriba de su pit. Comenzó la sesión, el auto negro salió a la pista y en los primeros 10 minutos marco el mejor tiempo de la sesión con una diferencia mayor a un segundo sobre los otros pilotos. El resto de competidores se esforzaron para alcanzar o mejorar el tiempo durante el resto de la sesión. El piloto del auto negro permaneció a bordo de su auto sin quitarse el casco ni aflojarse el cinturón de seguridad, hablaba con muy poca gente y seguía por un monitor los resultados de la calificación, una pantalla llena de números. Aproximadamente cuando restaban 10 minutos para terminar la sesión el campeón vigente de la categoría, el francés Alain Prost, mejoró por una decima de segundo el tiempo, entonces el hombre del auto negro hizo una seña con el dedo índice de la mano derecha y los miembros del equipo despejaron el auto para dejarlo salir a la pista… primera vuelta, vuelta de calentamiento y para tomar velocidad… segunda vuelta, 1:16.471, record de pista, el auto más rápido que ha corrido sobre el Autódromo Hermanos Rodríguez consiguiendo el primer lugar de arranque para el Gran Premio de México del 12 de octubre de 1986.

Desde ese momento supe que el misterioso hombre del auto negro era diferente y era el mejor. Quizá el único ídolo que he tenido en mi vida.

Estábamos en el Autódromo de Monterrey para una carrera del Campeonato de la Fórmula 3 Internacional, el día amaneció con lluvia, esa lluvia pertinaz que no se quita en todo el día. En ese autódromo no se puede correr con la pista mojada así que para aprovechar el tiempo organizamos un partido de futbol, oficiales vs pilotos, ganamos los oficiales. Las autoridades del evento decidieron suspender las actividades del día y nos enviaron de regreso al hotel, era poco más de las 10 de la mañana. Entramos al lobby del Hampton Inn y en la pantalla gigante se veía la transmisión del Gran Premio de San Marino, reportaban un grave accidente de aquel piloto del auto negro de 1986 que obligo a detener la carrera por un buen tiempo. Una hora más tarde y durante la transmisión del resto de la carrera anunciaban oficialmente su muerte. Era el domingo 1 de Mayo de 1994… de aquel 1994, de mis mismos 18 años.

3 campeonatos mundiales, 41 triunfos, 65 poles y 34 años. Ayrton Senna murió siendo el mejor piloto de la historia, simplemente el mejor.