miércoles, 26 de septiembre de 2007

Un católico gay

A continuación les presento un fragmento de una entrada de un blog llamado “Diario de un Católico Gay”, me ha parecido útil para ilustrar un poco de la posición actual y vigente de los católicos en el mundo, me refiero a los católicos que formamos parte de la Iglesia moderna y que buscamos informarnos y actuar con congruencia entre lo que sentimos y hacemos.

En muchas ocasiones se habla de la Iglesia Católica como aquel cuerpo arcaico y medieval que no favorece el desarrollo humano y que al contrario es un lastre para este fin, sobre todo considerando el peso especifico que tiene en la cultura occidental, se critica su lentitud e incluso se considera obsoleta, ante esto quiero recordar lo que alguna vez nos comento Fray Tavo, “La Iglesia es como un elefante, se mueve lentamente y cada uno de sus pasos debe ser meditado y planteado con cuidado porque al caer puede derrumbar y lastimar a muchos o generar un movimiento que cimbre al mundo”.

Si bien es cierto la jerarquía clerical tiene aun aspectos muy negativos y buena parte de ella está ocupada por personas perversas y ambiciosas que buscan retener el poder social y económico a través de una de las vías más viles (aunque efectiva) que es la manipulación de la conciencia y el temor a lo desconocido; hay otra parte que busca sembrar ejemplos y mostrarnos que lo único que tenemos que hacer los católicos es vivir el ejemplo de Jesús, lo demás son ritos y medios para lograr la paz personal. A los primeros no queda más identificarlos y levantar la voz para rechazar sus acciones (¿me lees Norberto?), a los otros sólo hay que escucharlos.

De verdad quiero creer que lo que cuenta este relato realmente sucedió, de no ser así, al menos es inspirador. El blog es http://blogs.chueca.com/gaycatolico

Se trata de un hombre gay de 30 años que vive en Madrid…

- Buenas tardes, ¿puedo confesarme?
- Sí claro, para eso estoy aquí. (Me sentí gilipollas ante la obviedad)
- Ave María Purísima
- Sin pecado concebida.
- Pues mire Padre, llevo como diez años sin confesarme y quería reconciliarme con Dios. Debo prevenirle que soy homosexual y que he tenido frecuentes relaciones homosexuales a razón de 2 por mes durante 10 años y alguna extra en fechas como el “Orgullo Gay” o vacaciones. A esto habría que añadir las veces que me he masturbado, a razón de 4 ó 5 por semana a lo largo de estos años (Me callé el recuerdo de Antonia San Juan que se me pasó por la cabeza diciendo “así que eche usted las cuentas, porque a mí ya no me salen”). El caso, seguí, que tampoco tengo tan claro de que sean cosas malas, pero como la Iglesia considera que es pecado, pues se lo quería comentar…
- A ver, dijo el cura quitándose las gafas, ¿nada más?
- ¿Le parece a usted poco?
- Me acabas de contar cosillas, cifras, pero no me dices nada de lo principal que, quizá a lo largo de 10 años has podido fallar: ¿has perdonado de corazón a los que te han hecho daño? ¿Has estado disponible cuando algún amigo te podía necesitar? ¿Has puesto tu granito de arena a favor de las minorías discriminadas? En una palabra ¿amas a Dios y a los hombres?
- (silencio)
- Te pongo la penitencia y te doy un consejo. Como penitencia rezas un avemaría y como consejo te sugiero que releas el Evangelio para que procures descubrir lo esencial del cristianismo. Ahora, ponte de rodillas, que te doy la absolución.
- Gracias, padre.

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