jueves, 9 de junio de 2005

Giovani Sartori, Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales

La justicia divina existe y hoy es día de fiesta para algunos de nosotoros, seres extraños, los sociologos. Salute maese Sartori... HURRA!!

Algunas ideas clave de Sartori


CONTROLAR AL PODER. En Sartori pesa más el pensar liberal que su ubicación en la izquierda y, por eso, sus análisis sobre la democracia tienden a fortalecer los mecanismos de control del poder -allí donde cada vez más difusamente éste se ubique- y buscar el equilibrio de sus contrapesos. Conocedor de la Italia de Berlusconi y los EE.UU. de Bush, defiende aún la democracia representativa y desconfía de los métodos de democracia directa. Algunas de sus opiniones han suscitado polémica: criticó a El Olivo, se mostró favorable a las guerras preventivas, pero no a la de Iraq, aunque cuestionó la retirada de tropas españolas y puso veto a la candidez multiculturalista

NO AL MULTICULTURALISMO. Los tiempos no son ya los de Popper, y Sartori se pregunta cuán abierta puede ser la sociedad abierta para que pueda seguir siéndolo. Hay que ser intolerante -dice- con los intolerantes. Occidente puede acoger a aquellos inmigrantes que acepten los valores de la sociedad que les da acogida. Pero no -dice Sartori- a quienes se resisten a la integración y promueven el dogmatismo (religioso o cultural), niegan que la libertad acaba allí donde supondría el daño del otro o no responden de forma recíproca a la tolerancia de quienes les acogen, alzándose en lucha cultural contra ellos. No basta con darles la carta de trabajo para crear nuevos ciudadanos, sino que ser ciudadano significa aceptar una integración diferenciada y las bases convivenciales de la sociedad que recibe al emigrante

LA SOCIEDAD DE LAS EMOCIONES. Sartori dice que hemos pasado del homo sapiens al homo videns, del saber por medio del logos, de la palabra, a la cultura de la imagen. La palabra escrita favorece la razón, y la imagen -más aún que la palabra encendida en las radios- excita las emociones, los sentidos. La primacía de lo visible borra los conceptos abstractos. E incluso la política se sustenta también en la emotividad, en los episodios emocionales, y no en las ideas y los conceptos. La televisión, gran difusora de emociones, con programas emotivos, no refleja lo que sucede sino que conforma el futuro; no forma, subinforma (insuficientemente) o desinforma (da información distorsionada)

MENTES SIMPLES. "Mientras la realidad se complica, las mentes se simplifican", sostiene Sartori. El mundo se hace complejo y nunca había habido tanta información, incluso las 24 horas del día, pero tampoco nunca había habido tan poca capacidad cognitiva: tal vez habría que remontarse -asegura- a la baja edad media. Según el politólogo, sólo entre el 15% y el 25% de los habitantes de las sociedades occidentales están interesados en los grandes temas públicos y apenas el 2% tiene competencia sobre ellos. Las televisiones y aquellos periódicos que siguen el modelo de las televisiones simplifican cada vez más las informaciones y multiplican lo trivial: "Si recibo información sobre algo que no comprendo inmediatamente, no me interesa". Esa es la premisa: el ciudadano está cada vez menos informado, es más ignorante y tiene menos autonomía de opinión: es el terreno propicio para los populismos y la manipulación de esa multitud solitaria, de invididuos que han perdido su sentido de la responsabilidad y de la comunidad

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