Un niño me mira
de sus manos caen ojos y lágrimas
envueltos en la noche.
¡Seca la palabra
como la sombra de su dolor
me dice adiós!
Desde la tierra se ve
el mar
me entrego al camino marítimo
el corazón me llama
en esa embriagante infancia
donde el naufragio son momentos
isla sed negro trayecto
un cálido mar
ruge con mi llanto
escucho la voz de los escombros
un escarabajo
un hombre sin espalda
desaparece en el agua
se hace bruma
adioses.
Una lejana infancia
encuentra su mapa
un archipiélago
de arena movediza
que su memoria no guardó.
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