jueves, 21 de septiembre de 2006

Gallo experimentado

Había un gallinero en el que vivían muy felices 25 gallinas y 1 gallo pero
como el gallo ya tenía unos cuantos años el granjero quería cambiarlo por
otro más joven.

Un día se abrió la puerta del gallinero y entró un gallo joven y bien
plantado. Rápidamente las gallinas se arreglaron el plumaje y empezaron a
contornearse delante del gallo joven.

El gallo viejo, arrastrando sus espolones retorcidos, y con una calva en su
plumaje, se le acercó y le dijo así:

- Bienvenido, me alegro de conocerte compañero... supongo que siendo como
eres joven y fuerte, tendrás intención de hacerte el amo del gallinero,
¿no...?

- Naturalmente abuelo -contestó el gallo joven. ¿Algún problema?

- No, claro -dijo el gallo viejo. Sólo que entre compañeros, y delante de
las damas te ruego que no me dejes mal y me des una salida airosa...

- ¿Que proponés? -preguntó el jovencito.

- Pues mirá... yo ya no estoy en disposición de pelear, por lo que te
sugiero una carrera a tres vueltas alrededor del gallinero.

- Eso está hecho -dijo el joven muy contento de liquidar el asunto de una
forma tan fácil.

- Pero para ser justos y dado que el reuma no me deja correr muy bien, te
rogaría que me dieras media vuelta de ventaja.

- No hay ningún problema -dijo el gallo joven muy seguro de sus
posibilidades.

Así empezó la carrera, y antes de que el gallo viejo hubiera completado la
segunda vuelta ya tenía al gallo joven detras de el pisándole los talones.
De repente se oyó un tremendo estampido, y el gallo jovencito quedó
despanzurrado en el suelo entre un charco de sangre y una nube de plumas...

- ¡La madre lo parió! -dijo el granjero con la escopeta humeante entre las
manos. Es el tercer gallo maricón que me venden esta semana...

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